DE LA IGLESIA

Entendemos el ejercicio de la abogacía como una profesión y no como una actividad empresarial, y ello se traduce en un trato y atención más personal en la relación cliente-abogado, y en la importancia de solucionar problemas ajenos con la debida atención y compromiso, propia de nuestra profesionalidad.

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FILOSOFIA
de la iglesia abogados

Desde su fundación DE LA IGLESIA ABOGADOS ha ejercido su práctica profesional fundamentándose sobre los siguientes valores:

Vocación: concebimos la abogacía como una manera de ser y actuar en la vida.

Prudencia: virtud que siempre fue unida a la Justicia, en el abogado se concreta en formación y en ponderación de ánimo.

Lealtad: la respuesta obligada a la confianza que se nos entrega.

Independencia: no podemos defender los intereses de nuestros clientes si, por modo implícito o explícito, estamos sometidos a algún tipo de injerencia.

Creatividad: queremos ser elementos de apaciguamiento y cohesión social, concibiendo siempre el proceso como la última ratio para resolver el conflicto en las relaciones humanas.

Atención: no entendemos la tarea profesional como la mera tramitación de asuntos, sino como la atención a personas que piden consejo o que demandan patrocinio. Ello nos obliga a prestar un trato personal, directo y atento a las personas que depositan su confianza en nosotros.